Nathaly vive en Estados Unidos con su pareja Ronald, su gran deseo era poder casarse en Oaxaca (México) porque su abuelita era originaria de esas tierras. Pudimos hacer este sueño realidad y la pareja se unió a través de un ritual prehispánico espiritual y tradicional.
En la ceremonia prehispánica pedimos permiso a las cuatro direcciones y a los cuatro elementos que nos componen (tierra, agua, fuego y aire), al Corazón del Cielo y de la Tierra, desde nuestros corazones, para que se abran los caminos, las energías, para que esta pareja se una y se consolide bajo los designios del Universo.
“…por algún motivo cruzaron sus caminos y el destino los ha unido. Hoy están presentes en este hermoso altar florido. Entonces, aquí en este petatl, que es el petate donde ustedes están sentados, es el lugar donde se entreteje la fuerza divina, la energía divina del cosmos, y así se entreteje la vida aquí en la Tierra”.
Con estas palabras del abuelo, comienza la ceremonia de ’amarre de tilma’, donde la pareja decidió unir sus almas, haciendo de sus vidas, un camino compartido. Al pie de los cerros y con una hermosa vista, celebramos este encuentro, en tierras de la abuelita de Nathaly.
En un primer momento, los novios se sientan sobre el petate, dándose la espalda, sin poder verse. Están a punto de hacerlo, sus energías van a volverse una, con la voluntad de sus almas y el amor de sus corazones. Él tiene los ojos tapados, como símbolo de que al principio de la relación no se ven en realidad, no se conocen en profundidad y por esta razón al comenzar la ceremonia se dan la espalda. Esto simboliza de que llegaron desde diferentes caminos para luego unirse.
Cómo nos cuenta el abuelo, el petate sobre el que están sentados, simboliza el maravilloso tejido de las energías del Cielo y de la Tierra. El amor sucede aquí en la Tierra, lo podemos sentir en nuestros cuerpos, a la vez que sabemos que proviene de algo más grande, de algo que nos excede, que no vemos, una energía superior.
“En sus caminos, no se conocían el uno al otro, por eso están ahora cada uno, mirando a diferentes rumbos. Es la hora de conocer ese momento; están conscientes de unir sus vidas para vivir un proceso de unidad y ese momento ha llegado, porque de aquí en adelante serán los dos, los que tienen que tomar decisiones siempre para el trabajo de Unidad.”
Luego de escuchar palabras y consejos sobre la responsabilidad que conlleva este paso álmico, el abuelo invitó a Nathaly y a Ronald a mirarse, ahora sí; con otros ojos, con el corazón abierto, y a decirse unas palabras.
“…pues ha quedado ya confirmada la Unidad, la Unión y es el momento de hacer el ritual, unirnos en la Tierra con el Universo, de atar sus tilmas. Nuestra tilma es como el manto cósmico, el manto de estrellas, y con ese tenemos que proteger a nuestra familia siempre.”
Unimos el rebozo de ella, con la tilma de él, en un acto simbólico de consolidación de sus almas, de sus caminos. Este es el gran momento de la boda, el punto central, donde la unión se manifiesta.
ORGANIZADORAS DE BODA:
FOTOS Y VIDEO:
Como es tradición, para celebrar, los novios compartieron alimentos y bebidas de estas tierras; se dieron de comer el uno al otro, atados, juntos, unidos.
La ceremonia fue armoniosamente acompañada por cantos en idioma zapoteco.
La Unión de sus almas ha sido consagrada. Nathaly y Ronald han unido sus vidas para caminar juntos; y nosotros estamos felices de haberlos ayudados en este día tan especial.
Comments