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  • Sara & Ixchel

TONALPOWALLI - CALENDARIO DEL ANÁHUAC

Anáhuac se le conoce al territorio antiguo de Mesoamérica, rodeado de agua. Gran zona cultural que abarcaba la mayor parte de México y Centroamérica. El calendario es conocimiento plasmado de un conjunto de ciclos repetitivos. Medía las actividades cotidianas de las personas de un determinado tiempo que algunas en comparación del universo, es un breve momento. El inicio del calendario comienza en la sincronización entre los astros y superficie terrestre. El maíz y los basamentos piramidales fueron elementos característicos de los mesoamericanos de esa época.



La complejidad que tiene el calendario de Anáhuac radica en que mientras media el tiempo, también media el espacio. El calendario Gregoriano que todos conocemos solo mide el tiempo. Puesto que las fechas se repetían cíclicamente, los celebrantes de esa época podían predecir algunos acontecimientos.


La Tonálica es la dimensión astrológica y profética del calendario de Anáhuac, que permitía vincular las energías del cosmos con el destino del ser humano y el colectivo social. Cada tonal era visto como la energía que se manifiesta en un momento determinado.



Aunque los ciclos del calendario del Anáhuac reflejaban los movimientos del cielo, su parte astrológica tenia como fundamento el ciclo de gestación humana.


La tonálica no es propiamente astrología porque su fundamento no solo refleja la influencia de los astros, sino la influencia de los ciclos cósmicos interactuando con los ciclos de gestación humana, lo que se podría llamar biorritmia.



Los antiguos mexicanos calcularon el ciclo humano en 260 días, contados a partir de la gestación, hasta la fecha del nacimiento. a este ciclo lo llamaron Tonalpohualli (la cuenta de los días). Con la ayuda de los planeta como Venus y las estrellas, podían calcular, predecir, ver y determinar resultados. Para ellos el lugar o planeta en el que vivimos es considerado femenino, de ahí la palabra Tierra, creadora y Madre que concibe.



El abuelo Jesús realiza esta grandiosa lectura a la perfección y podemos encontrarlo en el hermoso pueblo de la costa del Pacífico de Oaxaca, Mazunte.



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