En un rincón sereno de Mazunte, donde el sonido de las olas parece marcar el pulso del tiempo, se llevó a cabo una ceremonia ancestral que unió dos almas frente al mar.
Una ceremonia al amanecer en la naturaleza oaxaqueña: rodeados de pura naturaleza y bajo un cielo que apenas comenzaba a despertar, los novios eligieron un ritual profundamente significativo: una ceremonia prehispanica.